La razón de porque las personas interactúan (establecen transacciones), atiende a la necesidad de satisfacer su necesidades principalmente psicosociales.

Estas necesidades o hambres psicológicos se pueden clasificar en:

• Hambre de estímulos: relacionado con lo biológico y con los estímulos neuronales. Los estímulos físicos ya sean visuales, auditivos o táctiles, son una necesidad para el buen funcionamiento Niño/Adulto.
• Hambre de reconocimiento: es el más importante, toda persona necesita reconocimiento por existir, por lo que hace y por lo que es, necesita ser amado, apreciado y respetado. Esta necesidad se satisface con expresiones de amor y caricias, las caricias pueden ser:
  • positivas: elogios o expresiones de aprecio
  • negativas: descalificaciones.
  • incondicionales: se le dan a una persona por el mero hecho de ser quien es.
  • condicionadas: se le dan a una persona por lo que hace.
• Hambre de estructura: es propio de personas adultas y se manifiesta por la necesidad de estructurar el tiempo y el entorno con el fin de alcanzar los objetivos que se proponga.
  • Estructura externa
    • Espacial asociada a la necesidad de orientarse en el espacio, de responderse a preguntas como ¿Dónde estoy? ¿Cómo se puede la mover por aquí?, y con la necesidad de explorar el mundo y de establecer relaciones espaciales.
    • Temporal asociada a la necesidad de darle un sentido a la existencia y responder a las preguntas básicas sobre el tiempo a solas o en relación: ¿Qué hago aquí con esta gente? ¿Qué digo después presentarme? Esta estructura temporal se cubre con la programación del tiempo.
  • Estructura interna: Asociada a la conveniencia del conocimiento personal la resolución de preguntas tales como ¿Quién soy? ¿Cuáles son mis límites? ¿Cuáles son mis puntos fuertes?
• Hambre de sexo: necesidad de las personas de mantener relaciones sexuales, les hace sentirse deseados, queridos, …
• hambre de incidentes: la necesidad de que en la vida de una persona ocurran cosas interesantes, esto le hace alejarse de una vida monótona y aburrida.
• Hambre de posición: la necesidad de las personas por ocupar una posición socialmente relevante.